Querida Holly
No tengo mucho tiempo,
no me refiero literalmente, estás afuera comprando helados y regresarás a casa
pronto. Pero presiento que esta es la última carta, porque solo hay una cosa
más que decirte. No se trata de ir a un país o que compres una lámpara, tú
puedes cuidarte sin ayuda mía. Es decirte lo mucho que me mueves. Cómo me has
cambiado. Me hiciste un hombre al amarme, Holly. Y por eso me siento
tremendamente agradecido. Literalmente. Si puedes prometerme algo, prométeme
que cuando estés triste o insegura o pierdas por completo la fe, que tratarás
de verte a ti misma con mis ojos. Gracias por el honor de ser mi esposa. Soy un
hombre sin arrepentimientos. Tengo suerte que seas mía. Tú haces mi vida,
Holly, pero solo soy un capítulo en la tuya. Habrá más. Lo prometo. Aquí viene
el grande. No tengas miedo de enamorarte de nuevo. Ten cuidado con esa señal,
no vaya a ser que termine.
Posdata:
Siempre te amaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario